Esta cueva fue utilizada como corral para ovejas y cabras por los habitantes de cercano Maset de la Vila, por ello tenÃa acondicionado el camino de subida y la boca cerrada con muro de piedra seca con portera de barrotes de enebro.
Tras cruzar la puerta de acceso, una galerÃa horizontal nos permite adentrarnos 19 metros, hasta un punto donde, tras superar un resalte, alcanzamos una salita de techo más bajo (alrededor de 1,5 metros), con acumulación de tierras, piedras y sedimentos que terminan por obstruir el conducto.
La iluminación natural disminuye conforme nos adentramos, siendo completamente oscura la zona final.
Desde el punto de vista geomorfológico, nos encontramos ante una surgencia fósil, en proceso de descalcificación superficial. En la actualidad no presenta filtraciones ni ha tenido proceso reconstructivo alguno.
La cavidad se formó en su dÃa por disolución de la roca caliza a consecuencia de la filtración y circulación de agua a partir de una junta de estratificación que impedÃa al nivel freático descender más. En la actualidad vemos una pequeña parte de esta surgencia.
La fuerte erosión sufrida, tanto en la parte alta de la Mola del Carrascal (zona de captación e infiltración), como en la parte de la boca, donde el estrato de roca se ha desmoronado y retrocedido, erosionando también parte de la cavidad.
En la parte final de la cavidad se observan tramos de conducto donde el agua circuló a presión, luego al ensancharse o disminuir el caudal, ya funcionaba en circulación libre.
En el suelo y a lo largo de toda la galerÃa se aprecia, bajo la capa de estiércol existente, una fina capa de caliza descalcificada, bajo la cual está la arcilla roja que contenÃa la roca madre (la cual no es soluble). |
