La boca del sumidero es casi circular, en disposición oblÃcua rumbo NW, de 1'05 x 1'35 metros de anchura, penetrando rumbo 125º N.m. y pudiendo descender por ella cómodamente de modo casi escalonado a una estancia previa, que no requiere luz artificial, de 3'25 metros de longitud por 2'50 metros de anhura y 1'70 metros de altura, situada en la cota -1'50 metros de profundidad y en donde rumbo este, a nivel del suelo, encontramos unas piedras lisas, falcadas artificialmente que cierran el paso a una gatera de 0'50 x 0'25 centÃmetros seguido por un resalte vertical de 4'20 metros, totalmente pulido por las aguas y con la agradable visión de banderas y estalactitas tanto en rincones como en zonas cenitales. Al final de este resalte (cota -5'70 metros), desde una estrecha repisa contemplamos la abertura de este tramo de cavidad y su profundidad, asà como múltiples formaciones reconstructivas. A continuación nos topamos con una nueva vertical, absoluta, de -6'30 metros, que finaliza en una desahogada sala en muy liviano desnivel rumbo SW(desnivel de 2 metros), de 7'80 metros de longitud por 6'80 metros de anchura máxima y 2'80 metros de altura en su sección central, pero alcanzando hasta 7'50 metros de altura cerca de la vertical y con techos muy bajos al SW, zona donde se filtran las aguas entre bloques y ranuras. En esta sala se observan estalactitas cuyos cuerpos no se mantienen perpendiculares al suelo, sino que permanecen ladeadas, probablermente fruto de la acción de las aguas en épocas de lluvia. Referencias orales de los aldeanos de la zona aseguran que este sumidero traga muchÃsima agua cuando llueve. Lo más negativo de la cavidad son los múltiples residuos y basuras de todo tipo, es decir nos encontramnos ante un auténtico vertedero, pero esta vez con el agravante de que estamos en un sumidero activo, vÃa directa para la contaminación inmediata de las aguas subterráneas. El topónimo "Clotà s", aparece publicado en 1719 (622 p.264): "lo Clotà s del mas del Barranch". |