Colomer, Cova del (Morella)

Coordenadas de la boca:
Método coordenadas:Ortofoto a escala 1:5.000 Zona: 30T
Proyección UTM  -  Datum ETRS89 X: Autentificación requerida Y: Autentificación requerida Z: Autentificación requerida
Proyección UTM  -  Datum ED50 X: Autentificación requerida Y: Autentificación requerida Z: Autentificación requerida
Coordenadas geográficas (WGS84  -  Grados decimales) Longitud: Autentificación requerida Latitud: Autentificación requerida

Datos Espeleométricos
Recorrido Real: 5 m. Recorrido en planta: 5 m. Profundidad: 0 m.

Aspectos puntuales de la cavidad
— Cavidad con acceso restringido (puerta).
— I.científico (2): Adecuación y/o construcciones antiguas zona entrada
— I.científico (2): Arte rupestre
— I.científico (2): Cavidad con USO histórico (refugios, fabr.pólvora)
— I.deportivo: Cavidad que no precisa mater. técnico
— Zona legislativamente protegida (en general).
Genesis: F1.- Abrigos / Covachos

Valoración de la cavidad
Aspecto Rango Relativo Absoluto
Deportivo  (0 - 10) 
Científico  (0 - 5) 
Lúdico-Social  (0 - 2) 
General  (0-10) 

Descripción de la cavidad
Balma alargada situada en medio del cortado de roca, orientada al S-E, utilizada por los habitantes del lugar en todas las épocas. En su parte oeste, que es la más baja, presenta unas toscas escaleras de piedra en seco y en el inicio de la balma un muro y poste para su cerramiento. Tal como avanzamos por el covacho, la repisa se ensancha y presenta varias oquedades. Se pueden diferenciar cuatro espacios delimitados, el primero se utilizaba para secar las hierbas de forraje y tender la ropa, en el segundo se colocaban las colmenas, el uso del tercer espacio lo desconocemos, mientras que el cuarto y último albergaba el palomar, laboriosamente construido en el interior de la cueva.
Las covachas más próximas a la entrada se encuentran modificadas artificialmente, con el fin de ensanchar las cavidades y homogeneizarlas, incluso taladrando agujeros para realizar voladuras con pólvora y finalizando este proceso con picado manual.
El transitar a lo largo de la galería, sin protección alguna y llegar hasta el palomar, era una tarea diaria muy arriesgada, sobre todo si se tiene que transportar algún cubo o canasto en las manos. En el punto más expuesto se añadió un tronco a la repisa.
El interior del palomar es una estancia grande aunque un poco baja (1,3 metros de altura), tiene unos 100 huecos en las paredes para albergar los nidos y una ventana en el muro por donde entraban las palomas.
Se cree que en periodos de confrontaciones bélicas (como la I Guerra Carlista), este estratégico enclave pudo albergar palomas mensajeras.
El aspecto de la galería debió ser distinto antes de las intervenciones artificiales realizadas en época moderna. Por una parte el muro-escalera de piedra en seco que permite superar los tres metros de altura, el muro de cerramiento y el del palomar. Pero sin duda lo más relevante es el picado de la roca para regularizar el suelo y conseguir mayor altura.
En primer lugar realizaron un potente fuego en el interior de la galería para calentar la roca al rojo y provocar la meteorización acelerada, luego picaron manualmente la zona afectada por el fuego y donde la roca se resistía, se tuvo que perforar manualmente unos agujeros de 30 milímetros de diámetro y unos 60 centímetros de profundidad, los cuales eran rellenados con pólvora negra mecha lenta y taponados, para explosionar y romper la roca. Las zonas picadas y los muros interiores del palomar no están ahumados, por lo que se deduce que este proceso es anterior.
Esta acción antrópica provocó la destrucción de gran parte del soporte rocoso original, el cual debió contener sin duda pinturas rupestres Levantinas, dado que en la actualidad es posible observar algún indicio de pigmento.
El uso que dieron los masoveros a la galería fue variado, desde la cría de palomas, resguardo de colmenas durante el invierno, albergue de trocos de madera para la fabricación de piezas de arado, secado de hierbas para forraje, tender la ropa bajo techo, etc.
El equipo de arqueólogos dirigido por Hernández Pacheco, en su segunda estancia en Morella la Vella (1918 - 1920), localizó pinturas rupestres en esta cavidad, realizando calcos de 4 paneles. El trabajo monográfico nunca fue publicado.
En la actualidad el abrigo conserva manchas y restos de pinturas rupestres muy afectadas por el intenso ahumado y múltiples desconchados. Estas pinturas se encuentran en fase de estudio y documentación por parte del Institut Valencià de Conservació i Restauració.
Las pinturas localizadas hasta el momento son del tipo Naturalista Levantino.
Longitud total del abrigo: 114 metros.
Desnivel total entre ambos extremos del abrigo: +11 metros.

Topografía:Topografía buena.
Croquis de la Cueva del Palomar realizado por el equipo de Hernández Pacheco durante los trabajos de campo para el estudio de las pinturas rupestres. (1920)
Procede del Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Imágenes
Acceso artificial de escaleras. Fotografía facilitada por Ernesto Barreda (ESPEMO).
Paso con dificultad de acceso al palomar, con suplemento de tronco, situado a 9 metros de altura. Fotografía facilitada por Ernesto Barreda (ESPEMO).
Acceso al interior del palomar. Fotografía facilitada por Ernesto Barreda (ESPEMO).

Bibliografías
Artículo Autor Libro Editorial Fecha Tema Tipo +
Estudi per a la restauració de Morella la Vella.  Hofbauerovà, Vera  Revista Au!, núm. 68  Associació Cultural dels Ports.  Tardor 2003  Arqueología/Prehistoria  Revista/Boletín periódico general 
Arte rupestre en Morella la Vella.  Martínez Valle, Rafael; Guillem, Pere M.  Arte rupestre en Morella la Vella.  Ayuntamiento de Morella  Año 2019  Pinturas rupestres  Libro/Enciclopedia general 

Actualizado: 10/07/2019

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