Boca orientada al SE en plena roca caliza, de 1'4 metros de altura por 1'2 metros de anchura. Desde la boca, bellamente erosiva, atisbamos un amplio pozo, el único de la cavidad, de 15'5 metros de profundidad, si bien, a los -12'75 metros de profundidad haremos pie en una plataforma inclinada de 4'2 metros de longitud por 2'4 metros de anchura media. El suelo está tapizado por una abundante capa de guano. En el extremo norte encontramos un resalte de 1'35 metros que nos deja en la corta galerÃa principal, de 7'3 metros de longitud por 2'5 metros de anchura media, techos altos, con numerosas reconstrucciones parietales, la mayor parte fósiles aunque en buen estado de conservación. En dicha sala encontramos un entrante a mano derecha de apenas 3 metros en planta que enseguida se ciega, pero al fondo de aquella, a la izquierda, rumbo W, encontramos una cómoda gatera ascendente, de 3 metros de recorrido, que nos lleva a una gran sala (en cuanto a dimensiones verticales), muy decorada, en contraste con el suelo, repleto de gran cantidad de guano repleto de hongos blanquecinos, que ocultan los goures que hay en el suelo. La sala, de 9 metros de longitud por 6 metros de anchura media, presenta unos techos de 15 metros de altura y bastantes murciélagos revoloteando por ella. El topónimo de la cavidad proviene de un acontecimiento acaecido en tiempos de la postguerra (años 1940-1950), cuando un tal "Metelo", aquejado de una fuerte depresión, dejó una nota indicando a la familia de no buscarle pues no le encontrarÃan. Desapareció, y a pesar de la detenida búsqueda de sus vecinos por dar con él no lo localizaron. Décadas más tarde, por el año 1965, un perro llamado "clavel" cayó en esta cavidad, su dueño, al percatarse que aún estaba con vida, iba todos los dÃas a tirarle desde la boca comida, hasta que convenció a tres conocidos suyos para que bajasen a rescatarlo. Al bajar, encontraron contra la pared el cadáver del que años antes se habÃa lanzado al vacÃo. Avisaron a la guardia civil y sacaron el cadáver, que según la gente del pueblo, se deshacÃa al cogerlo.
El topónimo de AVENC DELS GOSSOS MORTS lo pusieron miembros del S.I.S. en su exploración de agosto de 1970, al encontrar en el interior de la sima unos 15 perros muertos, atados dentro de un saco. Se han observado arañas, Spoophilus patracoi, Lithobius Miriapodo y Typloblaniulus y guano de murciélagos. |