Se trata de un simple covacho de 8 metros de visera. El techo de la cueva se encuentra bastante ennegrecido por las hogueras que se han realizado en su interior, por lo que sin duda se trata de un buen refugio ocasional ante las inclemencias meteorológicas. El suelo es rocoso y bastante llano. En la actualidad no hay evidencias de construcciones de piedra en seco u otro tipo de aprovechamiento humano en su interior. Posiblemente su génesis sea debida al vaciado parcial de un estrato blando, situado entre otros estratos de caliza más consistente, por erosión de las aguas del barranco; aunque también es posible que con intensas precipitaciones aparezcan surgencias de agua en su interior que ayudarÃan a vaciar este estrato.
Muy cerca de este punto, pero en la otra vertiente del estrecho pero encajado Barranco de las Grivas, encontramos una vistosa boca de covacha, abierta a favor de un inclinado estrato, por lo que su utilidad a nivel humano es escasa, aunque proporciona una buena visera de 4/5 metros, suficientes para podernos resguardar ante cualquier eventualidad. Su principal inconveniente es la gran inclinación del suelo. Desde un dron, no se observan marcas de ningún tipo de aprovechamiento humano. |