La cueva se desarrolla sobre una lÃnea de fractura, en la cual el ensanchamiento de la misma ha dado lugar a dos pequeñas salas. La boca mide un metro de ancha, pero se pasa bien por ella, junto a un caos de bloques. Tras un corto pasillo junto a los bloques da lugar a una sala cómoda por su amplitud y con el suelo casi plano. Las medidas de esta primera sala son 4 metros de ancha por 7 metros de honda y una altura máxima de casi 4 metros. Al fondo, entre otros bloques hay dos pasos estrechos que conectan con otra sala interior, más pequeña y llena de bloques, con el piso algo inclinado. Esta segunda sala viene a medir 5 por 4 metros, con una altura máxima de 6 metros, aunque tiene más rincones pequeños. Al fondo de la primera sala y en la parte alta hay una grieta estrecha que conecta con la parte alta de la segunda sala. Y al fondo de la segunda sala la grieta en la parte alta continua, al menos un par de metros, pero su acceso es peligroso y deberÃa ser instalado para poder trepar al mismo, por lo que no ha sido explorada. Esta cavidad fue usada seguro como refugio de pastores, pero además fue utilizada como escondite cuando la Guerra Civil llegó a Viver. Probablemente el 18 de julio de 1938, al llegar el frente de guerra a la zona de Barracas y tras la orden de evacuación dada al personal civil, varias familias de Ragudo se escondieron en esta cueva y permanecieron aquà varios dÃas, al menos durante lo más duro de los combates que se produjeron en las inmediaciones de Viver, hasta que una vez quedó estabilizado el frente buscaron otros destinos. En la cueva se encuentran restos de cerámica, probablemente de la gente que se ocultó en la guerra. También hay diferentes restos óseos de fauna silvestre como cabras. |